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viernes, 15 de julio de 2016

La suspensión de la credulidad

Hay un proceso mental muy curioso (ya conocido entre los aficionados) conocido como Suspensión de la Incredulidad. Es la forma en la que, voluntariamente, uno acepta sucesos que en la práctica son imposibles e irreales en obras de ficción. Es decir, cuando uno ve una película, o lee un libro, o etc… en la que una persona vuela, unicornios aparecen en un vergel lleno de criaturas fantásticas, una civilización extraterrestre tras otra desea invadir Nueva York en mitad de batallas intergalácticas, o al final de la historia el protagonista encuentra su verdadero amor, todo eso, aun sabiendo que es falso, sencillamente lo aceptamos para poder disfrutar de la historia. Nuestro sentido crítico se pone en pausa y, sencillamente, nos tragamos lo que sea para disfrutar de la obra por muy incoherente que sea con la vida real. Y oye, muy bien que viene. Es fabuloso.

Sin embargo creo que existe otro proceso todavía más inmenso y de consecuencias más amplias. Por ser justo lo contrario de lo anterior, yo lo he bautizado como Suspensión de la Credulidad. Eso es cuando ves cosas absoluta y dolorosamente reales, y has de aceptarlo y seguir tu vida porque de otra forma te hundes.

Todos los días suceden cosas espantosas. Atentados con docenas, cientos de muertos y heridos. Refugiados o inmigrantes ignorados y abandonados a su suerte. Recién nacidos que son encontrados en la basura. Mujeres maltratadas, asesinadas, a veces junto con sus hijos o al lado de ellos. Animales alegremente torturados de diferentes formas. Corrupción institucional hasta la médula. Estafas financieras. Dramas. Dramas. Dramas… Me gusta estar informado de lo que sucede en la sociedad, pero llevo una temporada que me asusta pensar en lo que puedo encontrarme. Y todo esto no es debido a desastres naturales, causas climatológicas o enfermedades sobre las que no se tiene control. No, todo esto brota desde lo más mísero de la condición humana. Y así un suceso tras otro hasta que crees que el cerebro se te va a bloquear.

Porque a la Vida realmente le preocupa poco cómo te encuentras. El universo sigue inmutable, atendiendo solo a sus Leyes. Y tú sigues teniendo que comer. Y tus hij@s siguen teniendo que crecer. Y tú no puedes quedarte en modo shock. Así que entonces es cuando la mente comienza el proceso de Suspensión de la Credulidad. Porque sabes que todo eso es cierto, horriblemente cierto, pero si permites que te afecte, adiós. Así que aceptas que lo que ha pasado es horrible, pero sigues. Te consterna que lo que sucede es bochornoso, pero sigues. Porque o sigues, o tú, que aún puedes, ya no vives.

Y si queremos luchar contra eso, hay que seguir vivo.

PD: Puede ser que por mi carácter especialmente moñas estas cosas me afecten en mayor grado, vale, pero hay días en los que en verdad me apetecería pulsar el reset.

1 Comments:

  • At 20/1/19 13:48, Blogger Unknown said…

    Bien dicen que muchas situaciones no se pueden superar; pero se puede aprender a vivir con ello.

     

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