Fé en la especie

Hoy he sido testigo de otro de esos momentos que refuerzan mi idea de que a largo plazo, la humanidad va a ser algo maravilloso (aquarius mode off).

Iba yo paseando cuando una especie de aullido de ultracuerpo reinagay llamó mi atención (y la de toda la calle, vamos). Me giré curioso, para ver de donde salía tamaña e histérica voz, y ví la fuente. De un grupo de chavales que rondarían los doce años, uno de ellos cerró los ojos y con el grito de guerra antes descrito cruzó la calle sin mirar, a la brava. El resto de preadolescentes hiperhormonados le jaleaban y aplaudían desde la otra acera.

La calzada, de cuatro carriles, estaba en obras, y a los obstáculos imaginables que habían dejado los albañiles se habían de sumar una serie de turismos, un par de furgonetas y un autobús que si pudiera leer las mentes de sus conductores, creo que todos dijeron al mismo tiempo "Oh, vaya, a éste sí me lo como". El suspiro de alivio tras ver al chaval llegar al otro lado antes siquiera de que pudieran reaccionar, frenar, desviar, o cualquier otra cosa terminada en "-ar" también se notó en el ambiente.

Así que esto es parte del futuro -pensé. Pues me parece fabuloso. La Naturaleza, en su sabia e inexorable evolución, hará que todo este tipo de gente desaparezca tarde o temprano. Estos especímenes que ahora juegan a cruzar sin mirar (en zona no permitida, claro), son los que en pocos años apostarán a ver quien aguanta mas (de espaldas) en apartarse de la vía del tren, quien conduce mas kilómetros en sentido contrario, quien es capaz de meterse en mas discotecas con calcetines blancos o quién es capaz de tragarse mas litros de lejía de una sentada. Con un poco de suerte, esta gente desaparecerá de forma mas o menos impactante antes de que haya tenido tiempo de esparcir su semilla. Riesgo que hay que tener en cuenta, puesto que a medida que crecen descubren nuevas formas de demostrar su hombría.

Lo único malo es que en la mayoría de las ocasiones su ocaso no es privado o aislado de la sociedad. Es necesario apoyo post-traumático en forma de policías, ambulancias, puede que forenses y algun chapista. Pero en el futuro, cuando veamos que los conductores realmente empiezan a frenar con un semáforo en ámbar, jamás se oiga un movil voceando en un cine o autobús, y las imprudencias temerarias solo sirvan para hacer documentales en el Canal de Historia, entonces, digo, sabremos que este sacrificio valió la pena.