Epic
Era por la mañana, un día de fiesta. Soundtrack, su Dama y su progenie acaban de llegar al centro comercial, aprovechando que era un día en el que abren. Llegamos pronto, nada mas abrir el centro, porque sabemos que se llenará enseguida y de esta forma iremos más rápidos y acabaremos pronto.
A pesar de eso, no hemos sido los más madrugadores. Mientras entramos por el acceso al supermercado propiamente dicho, ya hay parejas aisladas pagando en las pocas cajas que hay abiertas. No reparo en ellas, pero inconscientemente, algo llama mi atención. Me vuelvo y en la caja abierta más cercana una pareja va dejando artículos en la cinta. A ella la ignoro, pero él centra toda mi capacidad de observación.
Físicamente, en general, parece un ángel del infierno ya algo maduro. Alto, redondo, como un proyecto recién iniciado de Bud Spencer. Pero tiene barba. Una barba larga, espesa, y perfectamente recortada. Una barba cuadrangular que hace que su rostro tenga un increíble parecido con cierto personaje.
Me quedo mirando, preguntándome cómo no me he cruzado antes que haya tenido el mismo estilismo facial. Así unos segundos, hasta que el hombre se da cuenta de algo y levanta la vista hacia mí.
Entonces, lentamente, puño en alto, le atravieso los ojos con mi mirada y con la ronca voz de los que se sacrifican por su pueblo, grito:
El hombre parpadea perplejo durante un instante, momento en el que su pareja le insta a que recoja algunos artículos que se salían de la bolsa. Cuando se agacha a recogerlos, mi Dama viene igualmente a por mí a que le eche una mano con las verduras mientras a lo lejos oigo algo sobre que a ver si dejo de hacer tonterías. Atiendo a su petición, y mientras cada uno vuelve a su rutina, no puedo dejar de pensar que habría sido una bonita historia.
A pesar de eso, no hemos sido los más madrugadores. Mientras entramos por el acceso al supermercado propiamente dicho, ya hay parejas aisladas pagando en las pocas cajas que hay abiertas. No reparo en ellas, pero inconscientemente, algo llama mi atención. Me vuelvo y en la caja abierta más cercana una pareja va dejando artículos en la cinta. A ella la ignoro, pero él centra toda mi capacidad de observación.
Físicamente, en general, parece un ángel del infierno ya algo maduro. Alto, redondo, como un proyecto recién iniciado de Bud Spencer. Pero tiene barba. Una barba larga, espesa, y perfectamente recortada. Una barba cuadrangular que hace que su rostro tenga un increíble parecido con cierto personaje.
Me quedo mirando, preguntándome cómo no me he cruzado antes que haya tenido el mismo estilismo facial. Así unos segundos, hasta que el hombre se da cuenta de algo y levanta la vista hacia mí.
Entonces, lentamente, puño en alto, le atravieso los ojos con mi mirada y con la ronca voz de los que se sacrifican por su pueblo, grito:
¡¡¡¡POR ESPARTA!!!!
El hombre parpadea perplejo durante un instante, momento en el que su pareja le insta a que recoja algunos artículos que se salían de la bolsa. Cuando se agacha a recogerlos, mi Dama viene igualmente a por mí a que le eche una mano con las verduras mientras a lo lejos oigo algo sobre que a ver si dejo de hacer tonterías. Atiendo a su petición, y mientras cada uno vuelve a su rutina, no puedo dejar de pensar que habría sido una bonita historia.
3 Comments:
At 28/10/10 00:57, lunes said…
juaaaaaa. Genial.
At 28/10/10 15:24, eva said…
jajajaja se te va, se te va
At 30/10/10 21:03, Soundtrack said…
Gracias, gracias... debe ser el síndrome de Asperger o algo... :P
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