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Seguro que tienes algo mejor que hacer...

domingo, 13 de febrero de 2011

Ingvar

Ayer hice algo, unas de esas cosas que nunca piensas que al final acabas haciendo tú. Algo que nunca había hecho antes, y que realmente no tenía intención de hacer. Tras ello, una sensación de pérdida de inocencia me inunda, me ensucia la piel. Noto que ya no seré el mismo nunca más. Que ya no puedo pensar que soy mejor que el resto.

Ayer entré a una tienda de Ikea

Como nunca se puede decir que de esta agua no beberé, al final me humillé ante las necesidades familiares y, entre otros lugares, entramos al templo del lléveselo usted mismo. Al acercarnos, ver esa mole cúbica de granito me daba la misma impresión que ver una cárcel de alta seguridad en el Texas profundo.

Debido a la infantil logística que practicamos, subimos en ascensor a lo que ellos llamaban “planta calle”. Teniendo en cuenta que su “garaje” estaba a ras de suelo, me gustaría saber qué clase de calle tienen ellos allí, pero bueno, no quiero divagar más de la cuenta. Lo primero que me sorprendió es que el ascensor era solo de subida. De subida, oiga; un montacargas tan ancho que podrías aparcar allí transversalmente, y solo permiten subir, no bajar. Digo yo que seguro que todo está planificado y cumplen con los requisitos de seguridad, pero… ¿cómo huir en caso de incendio? ¿Haciendo pasar a todo el mundo por las cajas antes de escapar?...

En fin, una vez dentro, me sentía como en un decorado de una película de ciencia ficción donde se muestra el futuro de la humanidad post-industrial. No hay opciones, no hay posibilidades, solo una única ruta obligatoria, salpicada muy de cuando en cuando con puertas que ellos llamaban “atajos”. No, oiga, ¡es una puerta! Un atajo sería el atravesar un pasillo de servicio cuando no te ve nadie. Lo otro, lo que hay puesto, es una puerta en medio de una pared que sobra. Estoy convencido que cuando diseñan la planta de Ikea construyen un modelo a escala, ponen un ratón en un extremo y un trozo de queso en el otro, y cronometran el tiempo que tarda el roedor en llegar. Si tarda menos de un minuto, hay que levantar más paredes. Eso no es una plataforma diseñada para optimizar el proceso de compra. ¡Eso es un maldito laberinto!

Una de las azafatas de caja con las que me encontré

Además el laberinto es tridimensional: primero subes, sufres buscando una salida, y acabas terminando un cartel diciendo que por ahí no se sale, pero al menos te sugiere por donde deberías buscar. Luego vuelves a bajar y apareces en una especie de almacén inmenso donde debieron fabricar las maquetas de Transformers a escala 1:1. Eso sí, está petao de gente, oiga. Y los ecos provocados por el murmullo imposibilitan el comunicarte con nadie si no estás chillando justo en su oreja. De hecho, me encontré a un puñado de murciélagos consultando un mapa buscando una salida.

Tras dos horas de larga marcha, conseguimos llegar a una fila de cajas que, cual pelotón de fusilamiento, flanqueaban los únicos rayos de sol que entraban en el lugar. Tras una breve búsqueda, encontramos un angosto paso con un cartelito que decía “salida sin compra

La sensación tras atravesar esa barrera solo era comparable a la de los mineros chilenos al salir de su cautiverio. Encontramos el ascensor de “solo bajada” mientras veíamos otra interminable fila de personas que, de motu propio, hacían cola para entrar en ese rompecabezas sueco. Insensatos, ¿por qué?... Al menos no nos obligaron a comprar algo para poder salir, aunque peor habría sido que nos hubieran obligado a pronunciar el nombre de lo que compramos. Espero que tuvieran laringólogo de guardia por si acaso.

¿Y ahora qué? Si consigo que las pesadillas provocadas por palabras con solo una vocal no me despierten aterrado a mitad de la noche, me daré por satisfecho. Pero creo que ya nunca podré mirar a un ebanista a los ojos sin echarme a llorar.

2 Comments:

  • At 13/2/11 20:42, Anonymous Eriwen said…

    Hijo, que 'xagerao eres xD

    El ikea tiene cosas molonas, y para dar una vueltecica está bien.

    Un abrazo para aliviar tus pesadillas.

    Mua!

     
  • At 14/2/11 17:57, Blogger Soundtrack said…

    No, si hay que reconocer que un cacho tarta de almendra, crema y chocolate estaba genial!... De hecho, si volvemos será solo para comprar comida en el recinto exterior :P... Pero lo que son muebles... Alguna cuchara por ahí suelta, y poco más. Pero enviaré a un explorador a que me lo compre, yo no entro en esa jungla... :*)

     

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