En Henan, China, una agencia de publicidad solicita chicas con buena delantera para recoger té. Se trata de una campaña basada en una leyenda sobre esta bebida, según la cual algunos vendedores de té chinos utilizaban a vírgenes de 16 años para recoger las hojas por la noche y apretarlas entre sus pechos.

En la prensa seria se ha podido leer una noticia en la que en China, una empresa que fabrica infusiones aromáticas ha solicitado para la presente temporada cierta cantidad de personal, llamémosle, cualificado (versión resumida).

Como se puede ver en el texto que he citado, lo que buscan es un grupo privilegiado de mujeres que, fíjense en la ironía, tendrían problemas mirando hacia abajo para recoger las hojas de té. Lugo explican algo de que hay creencias milenarias y ritos (un tanto para adultos) que lo que hacen es potenciar el sabor de esas hojas lo que se traduce en una deliciosa infusión al final de su vida útil. Nada de eso es cierto. Esto no es mas que una hábil maniobra de márketing para atraer al potencial consumidor rijoso, pero la realidad es que se trata de una decisión estratégica.

Admiren ustedes la jugada: hectáreas y hectáreas de plantaciones de té, que deben ser recogidas y transportadas a la planta donde se procesan. Eso es un montón de viajes y de tiempo perdido en desplazamiento. ¿Cual es la solución? Muy sencilla: realmente usarán como transportistas a esas mujeres que tiran más que dos carretas. Y oye, en dos o tres viajes, el está cargamento en su destino.

Y es que la logística requiere tomar decisiones audaces, amigo mío. Mire si no lo que movió Helena de Troya en una situación parecida, y sin esforzarse apenas, oiga :)