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Seguro que tienes algo mejor que hacer...

sábado, 24 de diciembre de 2011

Do Nascimento

Las tres figuras se encontraron en mitad de lo que los mapas actuales llamarían "ninguna parte". Cada uno de ellos llegaba de una dirección distinta, coincidiendo en un único punto de intersección. Sus extravagantes atuendos no desentonaban con la corona que cada uno llevaba en la cabeza, pero, sorprendentemente, a nadie parecía extrañarle.

- Buenas noches! - Exclamó el que parecía más joven de los tres. No les conozco, pero juraría que todos vamos al mismo sitio.
- Sí, a adorar al niño, je je - Contestó otro. - Pero parece que estamos algo perdidos.
Asintiendo todos con la cabeza, el tercero se aventuró a hablar: - Si es que estas cosas deberían ser más formales, leñe. ¿Qué les costaba dar la dirección correcta? Ni que fuéramos magos o algo así, ja ja ja...

Mientras arrancaban unas carcajadas generalizadas, que incrementaban su confianza mutua, el primero volvió a hablar, sorprendido, mientras señalaba a lo lejos:
- Mirad! hay una especie de luz, allá al fondo, ¿puede ser allí...?

Todos miraron en su dirección y exclamaron aliviados. Parece que habían encontrado, por fín, la dirección corecta.
 - Vamooos, que me parece que llegaremos tarde y todo - Concluyó.

Tras un rato bastante más largo de lo que estarían dispuestos a admitir, por fín llegaron a la estructura. - Es aquí -, dictaminó el mayor de los tres, que también parecía el más sabio. - Pero me gustaría saber por donde carajo se entra... -

Estuvieron un par de minutos buscando en la oscuridad, hasta que encontraron una pequeña puerta. Mucho más pequeña de lo que se podrían haber imaginado. Intentaron abrirla, sin éxito. Forcejearon durante medio minuto o así hasta que se abrió desde dentro, pudiendo ver a trasluz la figura del vigilante de seguridad, que les franqueaba la puerta.

- ¿Qué desean? - Les espetó, con una voz que aclaraba que tenía poca paciencia.

- Los tres visitantes se señalaron mutuamente y balbucearon: -Pues ya vé... Reyes... Adorar al niño... Toda esa película...
- Oooh, vaya, lo lamento. El casting para lo del Nacimiento ha acabado ya, hace poco, lo siento mucho - Contestó el vigilante, con voz sincera.

Los tres desconocidos se quedaron tristes ante sus palabras. Y mudos. Descorazonados. Y de repente no sabían qué hacer, ni donde ir así vestidos. El vigilante, comprensivo, sonríó y les comentó:
-Esperen, ya que están así, y si quieren aprovechar, en el set de la derecha están haciendo casting para un anuncio de turrones, igual ya puestos...

Agradecidos, los tres viajeros se despidieron del vigilante y salieron raudos a buscar el dichoso set, a ver si esta vez llegaban a tiempo. Mientras cerraba la pequeña puerta tras de sí, el vigilante sonrió contento al haber podido ayudar a unos extraños a recuperar la esperanza...