Viaje en el tiempo

Este fin de semana he estado en lo que se da por llamar el mercadillo medieval, aquí en la otrora Caesar Avgvsta, que es un fin de semana en el que se monta una especie de rastro de antaño en el que para participar solo hay que vestirse como de aldeano de El Nombre de la Rosa.

Y hay que reconocer que el sitio escogido es el mas adecuado, justo en el centro de la capital, donde se yerguen los edificios mas antiguos y la mezcla de juglares, tenderos y timadores no queda nada descolocada. Sin embargo hay cosas que resultan raras a pesar de que uno intenta mentalizarse y trasladarse a un mercado de plaza del S.XII.

Lo primero de todo, la gente. A ver, es lógico que esté lleno de personas que, por curiosidad, al igual que yo, pues vayan con su vestimenta cómoda a ver qué se cuece por allí; pero claro, a pesar de los tenderetes y los disfraces, dudo mucho que los ciudadanos que iban de compras al mercado de la plaza lucieran tanto escote como el que se vio ayer. Vale, resultará sexista, disculpen, pero seguro que en el siglo doce a esas exhuberantes jovenzuelas las quemaban por brujas, herejes, y cuatro o cinco cosas mas.

Luego, hay tenderetes que no se explica muy bien que hacen allí... me explico: queda muy bien cruzarse con un puesto de té marroquí, decorado como la época; puestos de hierbas, medicinales o no, vinos, puestos de queso a pares (enhorabuena a quien tuvo la idea de poner puestos de quesos naturales una tarde veraniega a mas de 30º; los efluvios de alrededor me transportaban al pasado, y si me quedo mucho tiempo mas, me transportan a urgencias, vamos)...

Pero tambien había puestos que no se explicaban... ¿que hace un puesto de jabones en el medioevo?... por favor, si lavarse en el río era pecado, imagínense con ungüentos traídos de tierras infieles... para echarlos a la hogera con un espitón incrustado en el recto. Tambien se veían varios puestos de abalorios, bisutería, etc... Disculpen, pero la única bisutería admitida en la época es la basada en el crucifijo, o como mucho, anillos con pedruscos como nueces. Como la inquisición se encontrara con esos pendientes en forma de media luna... bueno, digamos que aprovecharían las brasas que quedaran del de los jabones...

Y luego, el detalle definitivo; lo que, por muy sabroso que fuese, no lo veo medieval... casi el 30% de los puestos, eran venta de chocolates, cacaos y cosas similares.

Pero vamos a ver, listillos... ¿el chocolate no vino de América?... ¿no se han adelantado unos dos o tres siglos, ein?... a ver si se han confundido de mercadillo...
Esto pues me hace pensar dos cosas:
- Una: el chocolate ya estaba descubierto y lo que hizo Colón fue, mas bien, registrar su propiedad intelectual respecto a la planta del cacao.
- Dos: La gente de la época era una panda de golosos lamineros que morían de caries superlativa pasados los 30... Ni hambrunas, ni peste, ni guerras, cruzadas, ni gaitas. Como en aquella época no se había inventado el chicle (bueno, aun no, pero igual el año que viene me encuentro un puesto de Trident medieval)... como no se había inventado el chicle, decía, pues no había dentistas de los cuales el 90% de ellos recomendaran uno sin azucar. Y claro, así les iba... ¿por qué la sonrisa de la Mona Lisa? Porque si enseña los dientes, a Leonardo se le va el presupuesto en óleos de color negro, ya ve...

En fin, no estuvo mal, y fiel a la tradición me dejé unos cuantos euros en el puesto de chocolates y gorrinadas variadas, pero con el objeto de ser imparcial y objetivo, nos trajimos a mi chaval para que opinase al respecto. Teniendo en cuenta que aun no tiene 30 meses y que cualquier cosa con el coeficiente intelectual de un teletubbie ya le distrae (no, este no), pues ver que su rostro mostraba un semblante de mediocre indiferencia, suponemos que este año podría haber ido mejor. Tampoco fue tan horrible, vamos, pero creo que otros años estaba mejor (opinión discutible, teniendo en cuenta que solo he ido dos veces en total) :)

Y que conste que no he querido hacer sangre de la joya de la jornada, un tipo vestido de Tom Bombadil, con una moto a la que las partes externas las ha sustituido por maderos y ramas (¿que dirá Seguridad Vial de todo esto?), y con una flauta o acordeón (¿se nota que estaba atento?) tocando la canción de Heidi... Tenía una cierta cantidad de padres con sus infantes alrededor, pero teniendo en cuenta que quienes mas disfrutaban eran los padres, pues... en fin, espero que al menos le hayan pagado bien por la actuación.

Y nada mas. Evidentemente el año que viene repetiremos la experiencia, a ver de que me puedo quejar... :)

PD: Mientras escribía esto, he estado escuchando la BSO de Conan The Barbarian (by Basil Poledouris), que hacia ya tiempo que no la disfrutaba...