El turismo es un gran invento

Pues nada, al final ha llegado este aciago día. Mañana a estas horas, habré partido camino de la villa costera de Comarruga, hogar natal de mi mortal archienemigo: La Arena.

Ya que la hora de partida será dictaminada por el reloj biológico del pequeño, pues supongo que a estas horas nos encontraremos a mitad de camino, o casi. Y será el inicio de dos semanas (joer, dos semanas!) de angustia peleando contra oleaje, medusas psicópatas, niños descerebrados junto a sus padres autistas, diarreas made in chiringuito y, como no, la perenne amenaza de acabar convertido en una croqueta ambulante.

Joeeer, que peazo acequiaaaaa!!!!

Por lo menos he conseguido engañar a mi cuñada para que se lleve el portatil, con lo que en el peor de los casos puedo entretenerme con los emuladores de consola/recreativa que antañó le instalé, para emergencias como esta. Y si hay suerte y pillo alguna wifi gratuita (¿hay hotspots en Comarruga?), pues igual puedo conectarme de cuando en cuando y actualizar esto.

En fin, si todo va bien, en el peor de los casos, nos veremos a la vuelta (bueno, en el peor peor nó, pero ya me entendeis). Hala, a disfrutar quien pueda....