Que inesperado...

Hacía ya varios años que sus majestades los Reyes Vagos no se dignaban a dejarme nada, ni tan siquiera un saco de carbón para poder calentar a mi familia durante el crudo invierno. Yo imaginaba que igual era por la poca higiene de los preceptivos zapatos que dejaba en la ventana, pero año tras año me he ido esmerando en su desinfección y aromatización, y tampoco ha variado el resultado.

Sin embargo, ¡esta vez ha sido diferente! Imagino que gracias a las nada veladas amenazas de mi querida Dama, me han dejado algo para tenerme contento otros lustros más. Y es que esta mañana, tras escuchar por vez primera que mi hijo se sorprenda al encontrarse los paquetitos a primera hora de la mañana ("¿pero quién ha traído eso?"), a la hora de contar me parecía que sobraba algún bulto. Entre los dos chavales iban rompiendo el papel de regalo a dentelladas, mientras me preguntaba para quién sería el sobrante. Y así hasta que mi Dama me insinúa "¿y por qué no miras si hay algo escrito en el paquete?"...

Jo, qué ganas tenía de dejar de llevar la documentación reutilizando los sobres de las cartas que me manda el banco...

¡Y sí! ¡Era para un adulto! :)... La verdad es que no me esperaba nada, y ha sido toda una sorpresa... Jo, y a mí que siempre me había hecho mas gracia el Olentzero :P... Voy a tener que comprar mas acciones de la monarquía ;)

Bueno, espero que os canséis de abrir paquetes. Yo por mi parte voy a ver si tengo tiempo de aislarme un poco de esto y contestar a los comentarios que tengo pendientes. A pasarlo bien...