Es primavera

Esta madrugada, astronómicamente, ese cuerpo celeste que damos por llamar planeta Tierra y que siempre, hagamos lo que hagamos, lo tenemos por debajo de nosotros, ha traspasado la barrera virtual que damos por llamar Equinoccio en su periplo alrededor del Astro Rey. Dicho en términos mundanos, hemos entrado en la primavera.

Es ya primavera de forma oficial, independientemente de lo que nos digan las agencias de publicidad de los grandes almacenes. Es primavera, pero eso no impide que la prima de riesgo se dispare como si fuera lo más crudo del crudo invierno.

Es primavera, pero a la recepción de mi lugar de trabajo siguen llegando personas pidiendo echar una solicitud, con un breve destello de esperanza que se desvanece enseguida debido a tantas y tantas negativas anteriores.

Es primavera, pero se siguen teniendo las mismas discusiones sobre izquierda y derecha, cuando la primera que tendríamos que aclarar es la de arriba y abajo, y una vez satisfecha, dedicarnos a los detalles.

Es primavera, y una de las grandes seguidoras de este blog (ella sabrá por qué se hizo adicta, yo no tengo nada que ver, lo juro) tiene que volver al hogar paterno después de haberse estado ganando el pan durante tantos años a una península de distancia (no, no es en el ladrillo), y tiene que dejar atrás una vida que tanto le costaría crear, para volver a un estado anterior.

Es primavera, y aun así a veces insisten en dejarte meridianamente claro que no puedes mejorar nada, no vaya a ser que te percates de que no es cierto.

Es primavera, en cualquier caso, y durante tres meses.

A ver de qué podemos sentirnos orgullosos cuando llegue el verano.