Esto es Jolibuz (Actualizado 05/02/07)

Gracias a Eva por avisarme, ya que me faltaba un párrafo al principio indicando como empezó todo. Espero que al corregir ésto no haya borrado otra cosa... :)

Esta historia sucedió el viernes por la tarde, aquí en Zaragoza, y desconozco si ha tenido repercusión en los medios, pero por si acaso yo lo comento.

El viernes por la tarde, mi cuñada nos cuenta que al salir del trabajo se había encontrado un jaleo serio en un colegio que hay al lado de su trabajo. Multitud de curiosos, policía, gan vocerío, etc. Se entera de que lo que sucede es que un padre que ha ido a recoger a su hijo al colegio, ha dejado el coche un momento para entrar a buscarlo (con las llaves puestas, el muy intelectual), y un par de acechantes le han robado el coche aprovechando el breve descuido. Hasta aquí, nada especialmente remarcable ya que seguro que esto sucede bastante mas a menudo de lo que suponemos. El detalle está en que dentro del coche, además de las llaves, había dejado a su hija de tres años.

Ahora es cuando la cosa se pone grave, evidentemente. El padre, dándose cuenta de lo sucedido, se sube a un taxi que tras la famosa frase "Siga a ese coche"(tm) se pone en marcha. El padre le cuenta al taxista lo sucedido, y mientras persiguen al vehículo, éste llama por radio a la central para que avisen a la policía de lo sucedido... La policía se pone en marcha, y de paso la centralita radia la señal en abierto para todos los taxis que haya en escucha. Al menos cincuenta de ellos (si, si, cincuenta) responden y se suman a la persecución: taxis y policía cual en las Calles de San Francisco detrás del vehículo robado con la niña en su interior.

Los apandadores empiezan a darse cuenta de lo serio de la situación aproximadamente media hora despues, que es cuando se percatan (¡¡¡media hora después!!!) que hay una niña detrás. Son dos los delincuentes. Uno de ellos, tras ver lo que les viene persiguiendo, literalmente se tira del coche en marcha. El otro continúa su huida a la desesperada hasta que se empotra con un muro (o farola, o semaforo, o algo así, no he leido bien la noticia) y los fabricantes de airbags vuelven a anotarse otro punto a favor. El vehículo es rodeado por taxis y polis como en una peli de Mad Max, y la historia se acaba.

El conductor tiene una tasa de alcoholemia cuatro veces superior a lo permitido (que eso tampoco quiere decir mucho, vamos, que hay gente con mucho aguante) y la niña está bien, tras ser revisada por una ambulancia llamada a tal efecto por si acaso (de hecho, alguna versión dice que la niña estaba contentísima y que le pedía a su padre otra vuelta en las ferias...). El coche, bueno.... el nissan micra en el que se ha convertido el coche va a necesitar un par nuevo de casi todo. Todo acaba mas o menos bien, y ahora solo me queda una pregunta en el aire...

¿Cómo se puede ser tan inmensamente imbécil de dejar el coche en marcha, con las llaves puestas, y a tu hija dentro?... Joer, si yo fuera guionista diría que el padre se ha compinchao con los secuestradores para luego repartirse el rescate, como en Fargo. Cierto que esta afirmación está hecha a la brava y sin conocer los pormenores del caso, pero joer, empiezas dejandote a tu hija en el coche y acabas olvidándote el tabaco en la cafetería; y hay cosas que son irreemplazables del todo...