¡Al abordaje!

Bueno, bastante revuelo underground ha provocado la noticia de que el gobierno, de forma cuasi sibilina y secretista, ha añadido un parrafillo de nada a la Ley de Impulso a la Sociedad de Información (LISI). En esa fruslería que han grapado así de tapadillo, viene a decirse que la SGAE o cualquier otra sociedad afín puede censurar contenidos en internet si así lo requiere, sin que necesite orden judicial para hacerlo. Ya no hace falta un delito o la sospecha de que se está cometiendo. Si a esta gente no le gusta lo que lee o vé a traves de su ADSL, puede llamar al servidor directamente y decirle chavalote, esto fuera.

Y bueno, en la blogosfera y demás medios virtuales se ha montado una bastante seria, de hecho, creo que soy el único blog que aun no había mencionado nada al respecto :), y ha empezado el tema que si la piratería por allá, la piratería por aquí... y en fin, vale la pena destacar que ese ha sido su primer gran éxito. El que todo el mundo hable de "piratas" ya deja bastante clara la idea que quieren impulsar. Empecemos recordando que la Piratería, así, sin chorradas, es una curiosa forma de establecer relaciones sociales que practicaban hace unos cuatro siglos una serie de entrañables personajes, cuyo uniforme solía ser un parche en el ojo y un loro al hombro (pata de palo opcional según gama). No resultaron muy populares por esa manía suya del saqueo y las violaciones, pero en fín, la idea creo que ha quedado clara.

A lo que las entidades de gestión llaman piratería, se les debe llamar copias privadas. Punto. Lo demás son ganas de marear la perdiz. Y la copia privada es algo que la Ley sigue protegiendo, curiosamente lo contrario de lo que dicen los autoproclamados defensores de la Cultura.

Pero siguiendo la máxima de "para qué voy a hacer algo, si hay otro que lo hace mejor y mas barato", les recomiendo este estupendo artículo de El Incordio en donde se demuestra que estos piratas tienen las lenguas mas afiladas que sus espadas (lo siento, me pirro por los clásicos ;) ). No deja títere con cabeza y al terminar de leerlo me entraron ganas de hacer una manifestación de un solo hombre frente al ministerio de cultura (mira, tendría la ventaja de que no habría guerra de cifras con los participantes :) )

En serio, léanlo que no tiene desperdicio. Hasta otraaaaaa.