El dolor es cosa de hombres

Ayer estuve viendo un curioso documental, sobre la historia de la Anestesia, y me llamó la atención una curiosa anécdota (claro, si no fuera curiosa, no me llamaría la atención, es obvio, pero volvamos al relato, ¿vale?)

Y yo que pensaba que nada de la lógica militar me sorprendía a estas alturas, pero cosas veredes, amigo Sancho. Resulta que durante la guerra de Crimea, el Médico Militar Jefe prohibió el uso del recién descubierto cloroformo (primer anestésico de la Historia) en los quirófanos de campaña porque, agárrense: La anestesia no es viril. Tomá. Segun este prohombre de la medicina, un soldado debe enfrentarse a las operaciones y eventuales amputaciones como se ha hecho siempre: mordiendo una bala o el cinturón del uniforme, que para eso está.

Ni que decir tiene que casi la mitad de los médicos a sus órdenes, como un solo hombre, pasaron olímpicamente de las directrices de la comandancia y se dedicaron a derrochar cloroformo, cosa que les facilitó enormemente las operaciones, amén de incrementar de forma notable el número de supervivientes.

Y es que ya lo dijo aquel: la inteligencia militar es a la inteligencia lo que la música militar es a la música...