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Seguro que tienes algo mejor que hacer...

viernes, 20 de julio de 2007

Bien está lo que bien acaba

Bueno, pues parece que al final he vuelto del viaje, y con mejor humor del que tenía al escribir el anterior post... hay que ver lo bien que sienta ver las cosas con una noche de distancia... Lo cual, en mi caso, es un problema. Nunca me puedo enfadar en serio con algo, porque en cuanto duermo, al día siguiente ya no me cabrea; así no hay forma de tener una discusión decente, oiga... Y es que ayer, al escribir, estaba completamente hundido. Que cosas...

Pues eso, que la cosa no ha ido tan mal. Y eso que el inicio del viaje ha sido prometedor: He descubierto que puedes tener poca memoria, o poca gasolina, pero el conjunto de ambos olvidos es peligroso... Al haber iniciado el viaje tan temprano, la primera gasolinera en la que he entrado estaba cerrada. Así que he continuado mientras veía como los dígitos que me indicaban los kilómetros que podía recorrer el coche con el poco combustible que quedaba, iban decreciendo inexorablemente. Era como ver una película en la que la cuenta atrás de la bomba está permanentemente en pantalla... no sabía que sería mejor, si echar gasolina, o cortar el cable rojo; siempre es el rojo (aunque luego el prota corta el azul, ¡viva la confianza entre colegas!)...

Y antes de llegar a cero, he encontrado una gasolinera abierta (viva!!), pero con la emoción del momento, y sobre todo, lo de noche que era y el sueño que llevaba, me confundo de desvío y aparezco en un polígono industrial completamente desierto. Ya es casualidad, joer, que ninguna de esas empresas tenga turno de noche.... En fin, al final, andando, he llegado a la gasolinera, y tras explicarle mis devaneos a la operaria de turno, me ha explicado (sin reirse, o al menos no se le ha notado) que podía cruzar con el coche por un camino de tierra escondido tras un edificio, y si no me ve nadie, alcanzar el surtidor. Dicho y hecho. Por fín la cosa se enderezaba (por favor, nada de chistes obscenos).

Y el resto del día tranquilo. Viaje a Barna sin problemas, macroreunión curiosa (mención aparte la anécdota de la azafata que me estaba hablando en inglés y yo creía que era catalán muy cerrado...), y que existen arquitectos sádicos que en eje de la cerradísima espiral por la que se sale del aparcamiento, no se les ocurre poner otra cosa que multitud de neones de colores; justo lo que necesitas para concentrarte en no golpear las paredes del aparcamiento. Mamones...

Y no puedo dejar de comentar que, como precedente histórico, al llegar a casa he encontrado aparcamiento a la primera. Seguramente el Destino me ha querido compensar por el mal día de ayer.

Y nada mas. Con vuestro permiso, tengo ganas de ver a la familia un poco. Has la próxima entrada...

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