Beau geste
Este martes no me he levantado muy animado, no. Mis asuntos me van comiendo la cabeza, y me doy cuenta que a veces, trabajando, voy terminando tareas sin meter ni un solo chiste oculto en medio. Debe ser la edad. O la falta de sol en este tiempo. O que el carajillo no estaba bien cargado, quien sabe... :)
El caso es que en este estado de las cosas, he leído en El Pito Doble una historia que, si bien echa un tufo a leyenda urbana que se detecta a distancia, tal y como menciona el posteador, la verdad es que me ha gustado, y me ha parecido una excusa tan buena como cualquier otra para actualizar el blog. Así que viva el márketing!.
Había un ciego sentado en un andén de París con una gorra a sus pies y un pedazo de madera escrita con tiza blanca:
“Por favor ayúdeme soy ciego”.Un publicista del área creativa que pasaba enfrente de él, paró y vio una pocas monedas en la gorra. Sin pedir permiso, cogió el letrero, lo volteó, tomó la tiza, y escribió otro anuncio, volvió a colocar el pedazo de madera a los pies del ciego y se fue. Al caer la tarde, el publicista volvió a pasar enfrente del ciego que pedía limosna. Su gorra, ahora, estaba llena de notas y monedas. El ciego reconoció las pisadas del publicista y le preguntó si había sido él quien reescribiera el letrero, sobre todo queriendo saber lo que había escrito. El publicista respondió: “nada que no esté de acuerdo con su anuncio, pero con otras palabras” y sonriendo continuó su camino. El ciego nunca supo lo que estaba escrito, pero su nuevo letrero decía:
“Hoy es primavera en París y yo no puedo verla”.
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