Lo precario

Llegó hace casi dos años, para sustituir una baja por maternidad. Y se integró con el resto. Inicialmente tenía fecha de caducidad desde el principio, pero cuando el día llegó, le pudieron hacer otro contrato y mantenerla en plantilla, puesto que no era mala trabajadora. Casi nadie es mal trabajador a idea, vamos, pero en este caso podemos decirlo.

Poco a poco se consiguió derribar esa pequeña barrera que se pone ante lo desconocido, y demostrar que una tajante afirmación que me comentó hace tiempo ya -Yo es que no soy muy amiga de las bromas- rezumaba falsedad y no pudo mantenerla firme. Hace poco que a mis compañeros y a mí nos dedicó un: "Estáis como una cabra :)". Se sentía Segura.

Y pasó a ser una de nosotros, para lo bueno y para lo malo. Y se nos olvidó que entró como sustituta. Y dejamos de recordar cómo era esa mesa sin ella sentada allí.

Y hoy no ha venido. Y no le he dado importancia. Y mas tarde he empezado a oir comentarios de la gente acerca de lo mal que lo pasó ayer. Y qué mala suerte, la chiquilla. Y qué faena, en estos tiempos... Y poco a poco, a medida que la noticia se abría paso, las caras de incredulidad de la gente iban saliendo a la luz.

Y es que ayer mismo le dijeron "No hace falta que vuelvas mañana". No fueron esas las palabras, pero ese fue el mensaje. Estaba bajo un contrato que le permitía quedarse si se cumplían una serie de condiciones ajenas a ella, y cuando ha dejado de ser así, ya no podía quedarse. Así, sin antestesia.

Y ni una despedida. Ni un "te deseo suerte". Ni una sola cara que intentase aliviar el trago de traspasar esa puerta por última vez. Si ya es triste que te despidan en esta época, la inmediatez que supone el decirtelo de un día para otro creo que es mucho mas dificil de asumir que no el hecho de que te avisen con dos semanas de tiempo, por ejemplo.

Y es que los dos párrafos anteriores pueden referirse a tanta, tanta gente... :-(