Cuaderno de huelga. Menos uno.

Hoy hemos tenido la segunda y última asamblea. Me ha gustado quizá algo menos que la de ayer, aunque la oradora ha mostrado una contundencia y unas ganas que no hay que desmerecerlas. El problema era que la mitad de lo dicho fue repetir lo mismo de ayer. Empezó bién, contestando rumores acerca de la vidorra que se pegan los sindicalistas, según rumores, pero luego hubo de repetir el argumentario ya conocido por todos, con lo que se pudo perder algo de atención. Luego volvió a retomar las riendas y, pues nada, ya está todo dicho.

Me ha gustado una frase que he leído esta mañana: la huelga es en contra de la reforma laboral, y sin embargo la mayor parte de contraatacantes no defienden dicha reforma (que sería lo lógico); en su lugar se dedican a demonizar a los sindicatos, a ver si cuela. En mi homilde y sesgada opinión, si tuviera alguna duda sobre qué hacer mañana, tras ver a qué lado se inclina Diaz-Ferrán, automáticamente sabré quienes son los buenos.

Conspiranoia: No sé por qué, pero me da la impresión de que la reforma es tan salvaje que está hecha a idea para que haya pseudo-revuelta sindical. Entonces ZP, en gesto magnánimo, retirará las cosas mas obscenas para dejar solo las horribles, que era su primera intención, y encima parecerá que ha reculado un poco. No sé. Eso sí, la inquebrantable adhesión al evento de mañana no tiene dudas, al menos.

Por suerte no tendré que madrugar tanto como pensaba, tan solo diez minutos antes del horario habitual. Ha habido suerte. Espero no tener que presenciar ninguna actuación de los piquetes mas allá de la meramente informativa. Los CESE (Compañeros Entrañables Sospechosamente Esquiroles) ya han dejado claro que mañana vendrán, y eso para salvaguardar su dinerito. Pues nada; tienen suerte. Yo sería incapaz de no secundar la huelga, regodearme de ello, y después poder dormir tranquilo. Pero claro, yo debo ser raro...

Así que nada, a disfrutar del día de mañana. Los secundadores, los no secundadores, los rabiosos, los impávidos, los antisindicalistas y los clericales. Nos guste o nó, la reforma nos afecta a todos.
A todos.

Bueno, a este no. :)