La Presidencia

Aquellos que lean este blog de cuando en cuando sabrán que tengo pretensiones de líder de opinión, de lucha obrera (o semidesnatada), de defensa de los valores progresistas y democráticos que bla bla bla... Vamos, que no tengo perro (aunque sí flauta), y me empeño en creer que podemos hacer un mundo mejor, y que aquí hablando solo puedo ayudar a crearlo :)

También suelo dármelas de orador arengando a las masas con que si huelga, si manifestación, si protesta, etc, e incluso de cuando en cuando pongo aquí fotos o audiovisuales de los eventos en los que he participado... Supongo que para tener pruebas y decirme a mí mismo "pero que revoltoso que soy" :)

Y hete aquí que el destino me ha dado a probar mi propia medicina. El azar (bajo la tenebrosa mano de Rubalcaba, que parece ser que ahora lo domina todo), ha decidido hacerme partícipe de lo que eufemísticamente llaman La Fiesta de la Democracia. Me ha tocado ser Presidente de Mesa en las elecciones del domingo.

Así que allá iré, consciente de mi primordial labor en que ese día se desarrolle de forma justa, democrática y constitucional. De hecho, me estoy planteando llevar al extremo mis obligaciones, y convertirme en el Juan Cuesta de las mesas electorales. Temblad, apoderados, temblad...

Lo primero que pensé es que si soy Presidente, pues mi dama se convierte en Primera Dama, claro. Tras decir eso ella me miró con la cara que suele mirar cuando sugiere que me merezco estar en el frenopático, pero supongo que sería sin querer, por la emoción. Esta tarde debo ir a una charla-coloquio formativa en la que se nos instruirá a mis iguales en las cosas prácticas que necesitaremos saber ese día: Cómo repartirnos los horarios para comer, las negociaciones para ir al baño, si al colegio electoral vendrán a buscarme en coche oficial con escolta o si nos llevarán en el Air Force One... vamos, lo necesario para salir con una sonrisa :)

Así que nada, espero no aparecer en las noticias como segunda parte de la frase "Incidentes en un colegio electoral de...". Con el orgullo contenido, miro al frente y sé que cuando la jornada acabe, finalizado el escrutinio podré decir que esto, en parte, fue gracias a mí.

Por cierto, estas pastillas nuevas que me han recetado me sientan genial... noto como una felicidad, como si flotara...