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Seguro que tienes algo mejor que hacer...

jueves, 14 de septiembre de 2006

Advertaisment

Hoy en la radio he escuchado un anuncio que realmente me ha parecido que me toma (a mi, y a todo el público), como idiota. Básicamente se trata de un anuncio de una de esos servicios 118XX donde el pelocho de turno nos habla de las bondades de su servicio. Pues bien, la historia empieza con una simulada atención telefónica a una compañía de autobuses, donde el pobre cliente de pro sufre un sinvivir de "Espere, ahora mismo le paso" intentando averiguar el horario de cierto autobús. Entonces es cuando aparece el slogan que me ha matao:
"Llama al 118XX; tenemos todos los números 900"...

Vamos a ver, cenutrio: ¿¿vamos a llamar a un 118 (de pago extremo, sumiso y triple x), para conseguir un teléfono 900?? (gratuito, con eso lo digo todo). Además, supongo que en el spot ya habia llamado a ese número 900, de ahí el paso entre centralitas... En fin, además, tal vez no todos sepais que si llamas a un 118XX para pedir un tlf, ellos te pueden traspasar directamente la llamada para evitarte el tener que teclear, que te salgan pupitas en el dedo y evitarte la obligación de ir a la Corporación Dermoestética, supongo (que güena gente); pues bueno, si te traspasan la llamada, ésta sigue siendo con la tarifa del 118XX, aunque sea a un número 900. Y lo siento, pero es que las telefónicas no nos dan mas que disgustos. Ya me estoy imaginando una versión alternativa de "La Historia Mas Grande Jamás Contada", o similar, en la que Poncio Pilatos pregunta al pueblo "¿A quien queréis libre, al jefe de ventas de Telefónica o a Barrabás?". Joer barrabás, que suerte tienes, hijo, si es que con esos contrincantes no te tienes que esforzar nada... en fin...

Y que conste que no tengo nada contra la gente que se ve obligada (o no) a trabajar en estos lugares mas o menos insalubres, que bastante tienen ya... sencillamente que hay campañas de publicidad que me repatean el hígado cual garrafón de todo a 100. Son esas campañas que consideran que el espectador es tonto y ellos pueden superar al espectador. Como esa fabulosa conversación de anuncio en la que en una oficina una persona le dice la otra (refiriendose sobre una tercera, algo patosilla, que aparece de fondo):
- Pero, ¿cómo han podido ascenderle?
- (respondiendo con mal disimulada envidia)... Sabe inglés...

Fabuloso, señora; con esa regla de tres, yo, que se algo de Fabla, aun no soy ejecutivo multimillonario... ¿me lo puede explicar?... menos mal que tengo mi casa de muñecas mediterránea para distraerme y no pensar en ello, que si no...

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