Otro día mundial de la poesía
Me sigue dando sorpresa
el encontrar que hay un día
con una función expresa:
celebrar la poesía.
Y es que viviendo unos años
negativos y convulsos,
que nos echan unos pulsos
situaciones que hacen daños,
transforma en seres insulsos
las crisis de estos tamaños.
Primero fue la pandemia
que a todos nos limitó;
o aun peor, se perdió
en medio de esta blasfemia
Luego fueron ascendiendo
los precios de lo que usamos
para vivir, para crecer,
para alumbrarnos y ver,
y calentarnos las manos.
Y lo que vino después
fue algo menos increible:
Unas subidas exprés
del precio del combustible.
Qué decir de la reciente
directa invasión de Ucrania
por el país cuya gente
nos escribió a Tio Vania.
Y más cosas, que me olvido
Y más dramas, sin recuerdo
que cuando las veo me pierdo
con el corazón hundido.
Y siendo así me pregunto
¿tiene sentido esta fecha?
Si la opresión nos estrecha
hasta quedarme difunto,
¿cómo saltar esta brecha?
Quizá sea esa respuesta
la que ahora necesitamos.
Apartar la deshonesta
intención de nuestros amos,
y matar esa funesta
sensación de que sobramos.
Cerrar los ojos. Sentir.
Abrir la mente. Soñar.
Ser conscientes de la mar.
Saber que no hay que sufrir.
Notar que hay palabras sueltas
unidas de tal manera
que una luz pareciera
que las envuelve resueltas.
Y más allá de su sentido
literal y metahumano
te hace un 'click' profundo y sano
que jamás has intuido.
Y llena la sensación
de no ser solo carcasa;
eres un ser de razón
cuya consciencia traspasa
los bordes de la emoción.
Mas no quiero dar la brasa.
Solo permitid unirme
a esta celebración.
No es orgullo ni traición;
solo el pensamiento firme
de que prestando atención
a veces, lo bueno, pasa.