The Soundtrack Engine

Seguro que tienes algo mejor que hacer...

viernes, 23 de noviembre de 2012

La protesta ciudadana

Habiendo pasado ya una semana desde la huelga general del 14N, voy a comentar mis impresiones al respecto, que siempre viene bien para ir actualizando el blog. Aunque fue una jornada de protesta a nivel europeo, voy a centrarme en lo que yo viví directamente, para darle un toque más humano, más personal, y más Dogma95.

En los diferentes análisis que brotaron con posterioridad a la jornada, parece que han querido dar la idea de dos situaciones contrapuestas y simultáneas: la huelga ha sido un fracaso pero la protesta un éxito. Reconozco que tiene cierta coherencia: cada vez hay menos gente que aun conserve un trabajo y por lo pronto pueda hacer huelga, y cada vez hay más precariedad dentro de ese grupo, con lo que hay un mayor porcentaje de gente que quiere hacer huelga pero no puede. También existe el otro grupo, gente que puede hacer huelga pero no quiere, pero son la mitad que los otros.

Por cierto, un detalle del que me enteré hace poco: uno de los objetivos de presión con una huelga no es que tu empresa no tenga trabajadores por un día, o que salga una impresionante foto con piquetes voluntariosos y barbudos (si, hasta ellas llevan barba); la máxima medida de presión es que el Gobierno no pueda recaudar el IRPF que habría generado cada huelguista ese día. Porque ahí es donde sí les duele: en el bolsillo. Ya que resulta que el cerrar las empresas para que no puedan fabricar nada que les beneficie, en un entorno de ausencia de trabajo, parar un día no es nada que no puedan recuperar un día o una semana después. Si todas las empresas fueran al 100% de su capacidad, un día de paro les podría suponer pérdidas, pero tal y como van las cosas, más de una y más de dos habrán respirado al descontarse parte de los pagos de la seguridad social.

La sensación que he notado con mas fuerza es la de tranquilidad. Si, tranquilidad. En la huelga de principios de año hubo más jaleo, movimientos, movidas de diferente nivel... En esta ocasión ha sido más tranquilo, sosegado... resignado. Creo que esa es la definición perfecta: resignación. A primera hora de la mañana, el piquete informativo nos juntamos en el punto de reunión y nos dirigimos a las entradas del polígono para informar a los vehículos que quieren acceder a sus puestos de trabajo. No hay apenas conflicto, discusión, pérdida de nervios como en otras ocasiones... La mayoría de los que entran lo hacen conscientes de que sí, la situación es como para protestar, pero ellos no pueden permitirse perder un día de salario. En otras ocasiones nos reíamos cuando la excusa provenía del conductor de un flamante Mercedes, o un alto ejecutivo se enfrentaba ideológicamente al informador, pero el 14N apenas observé comportamientos de ese estilo.



Eso sí, la parte industrial prácticamente a cero. Apenas entraron trabajadores aislados con taxis, o en los coches de los jefes (que lo habían acordado previamente). Otros cambiaron ligeramente las horas de entrada y salida para no encontrarse con los gruesos de los piquetes. Los más vergonzantes decidieron con repentina celeridad que ese día era casualmente el mejor para disfrutar de ese día de vacaciones que nunca saben cuando gastar... En fin, minucias que hablan más de ellos mismos que de la propia jornada en sí.



Tras abandonar el polígono, los piquetes fueron enviados a distintas zonas de la ciudad para formar protestas, pero donde me tocó a mí no había nadie. Como hacía frío, en vez del lugar elegido se decidió entrar a un centro comercial, que había calefacción :). Eso sí, una protesta descafeinada, a mi entender. Descafeinada en el sentido de que no le ví otro objetivo más que el que se nos viera entrando por una puerta y saliendo por otra. Sí, se cantaron algunas consignas, y algún elemento incontrolado (y apartado) gritaba "esquiroles" a jóvenes y precarias empleadas de alguna franquicia. La mejor forma de ganar adeptos sindicales, si señor. Pero poco más. Lo que más me gustó de este momento fue encontrarme con tres policías de paisano (dos hombres y una mujer) que venían dentro del grupo mientras atravesábamos el centro (la policía uniformada estaba en los accesos, solo dos o tres agentes como tal nos acompañaban para controlar). El mejor detalle no eran ni las radios de los 'infiltrados' que procuraban esconder cuando hablaban, ni como se iban metiendo entre los grupos para escuchar algo... Lo mejor de todo era su disfraz. No iban de paisanos estándar y tal, no: iban de chonis. Pero chonis, chonis total ¿eh?... Creo que de tanto quererse camuflar, se habían salido por el otro extremo :D. Lo cual me genera una inquietante duda: ¿qué es peor? ¿qué al camuflarse hayan exagerado la vestimenta (demostrando que no se saben mezclar con según qué civiles), o que hayan cogido su ropa habitual de diario?...

Después fuimos a una protesta general frente a la delegación del gobierno, pero muy tranquila, cívica, formal y sin demasiados incidentes... Vamos, que no me estoy quejando de que NO hubiese incidentes, ojo, pero que si no fuera por las banderas y alguna pancarta, un observador externo habría podido pensar perfectamente que no era una concentración, sino diversos grupos de gente que casualmente haya coincidido en esa plaza antes de seguir su camino. Luego ya por la tarde sí que empezó a reunirse peña en la manifestación programada como fin de fiesta. Y ahí sí que se podía pulsar el descontento ciudadano. Una huelga, en estos tiempos, no la puede seguir quien quiere, sino quien puede. Pero (por ahora) las manifestaciones son gratuitas, y es buena forma de poder dar rienda suelta a la amarga sensación de estafa gubernamental que cubre esta piel de to4o.

No quiero dejar de mencionar al grupo de mayor impacto con el que me crucé. ¿La marea verde? ¿Los funcionarios cabreados? ¿Sindicalistas enfurecidos? ¿Controladores aéreos?... ¡No! ¡Los Ultracristianos!... Mientras nos acercábamos por el paseo de acceso al punto de inicio de la manifestación, tres personas con carteles de Jesús te salvará, un crucifijo tamaño NBA y proclamas de amor a cristo rey, atravesaron la avenida informándonos de la buena nueva con voz afectada y un par de huevos que harían sombra a las albóndigas de Belén Esteban. Enhorabuena.



Y como decía antes, toda la tranquilidad y resignación contenida que me había parecido notar por la mañana, se desvanecía por la tarde. Grupos de todo tipo, edad y condición se juntaban bajo multitud de pancartas, consignas y banderas. Eché de menos a algún tertuliano de Intereconomía, pero es que no se puede tener todo. Estas cosas hacen ver que hay mucha gente y que está muy cansada ya de esto. Que hay multitud de ideologías pero que todas las allí reunidas tenían al menos un punto en común: el frontal rechazo a la forma en la que se están haciendo las cosas. Qué grandioso sería el unirse para hacer posible las pocas cosas en las que al menos la mayoría estamos de acuerdo (¡quieren acabar con todo!). Después ya habría tiempo de debatir el resto de los aspectos en conflicto, que si hay que ser monárquico, republicano, de derechas (pero la de verdad, no lo nuestro), de izquierdas, federal, estatal, del Betis, etc... Porque en la práctica, todo esto da igual: si acabas siendo Pobre (con mayúscula) y sin derechos sociales, todas las opciones antes expuestas apenas servirán para tener conversación con la gente mientras rebuscas en un contenedor. Si el hambre te deja fuerzas para hablar, claro.

¿Pero cuan resultado darán estas protestas? Por lo pronto, la gente que está en el gobierno (percataros que no he dicho "los que gobiernan") ya ha dicho que a pesar de las protestas, ellos van a seguir a lo suyo. Así que, ¿cual es el siguiente paso?. Sin querer verme obligado en tener que aceptar cosas más violentas, parece que el paso obvio es que si no alcanzan a vernos cuando estamos en la calle, pues nos tendremos que poner al alcancede su vista. Que se sientan cada vez más arrinconados. Y cuando se avergüencen hasta levantar un muro de antidisturbios a su alrededor, pues empezaremos a plantear un tercer paso. Pero claro, cada caso que damos en esa dirección nos pone más cerca de una posible ruptura violenta de esta tensión. Aunque, bien pensado, ¿quién nos ha ido tensando desde el principio?

En resumen, esta jornada ha permitido evidenciar las elevadas cotas de descontento social (eufemismo). A pesar de que no parece haber reacción alguna por parte de La Casta, estoy seguro que de no haberse protestado el futuro podría ponerse mucho peor para nosotros (no es lo mismo saber que vas a encararte con presiones sociales, que no enfrentarte a gente que se queda en casa frente a la tele o protestando en twitter). Ellos han alimentado desproporcionadamente nuestra indignación y nuestro cabreo. Vamos a dejárselo en la puerta de su casa.

Gracias a quienes habéis arrimado el hombro de una forma u otra.

 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Fuerza de marea

Marea naranja


Marea verde


Marea blanca


Nos marea

Y sí, el título del post viene por esto.

lunes, 12 de noviembre de 2012

En casa del herrero…

Hoy creo que hemos tenido un error de comunicación sindical que no sé si podemos llegar a lamentar más adelante. Hoy se han celebrado las asambleas con el personal para instruirles en las bondades de la huelga de pasado mañana. Se ha invitado a secundar la jornada de paro y a saturar las calles en la movilización de la tarde, explicando los motivos que hay para que cualquier protohomínido con ligeros vestigios de razonamiento primigenio pueda entender que más que recomendable, es necesaria. Bueno, menos un delegado que curiosamente no ha invitad a hacer paro sino directamente a ir a la manifestación, no sé si debido a un descuido por los nervios o directamente porque pa qué molestarse :)

Pero tras el evento, alguien de oficinas tiene a bien recordarme que a pesar de toda la pompa y circunstancia que hemos querido darle al asunto, nadie, absolutamente nadie, ha avisado al personal administrativo que había asambleas. Así que claro, yo, er, uh, en fin… emmm….

Así que ya está; por una serie de catastróficas desdichas (en las que el avisador oficial está de baja, el avisador secundario opina que estas huelgas deberían ser ilegales, y yo mismo que… en fin, si pudiera me excusaría con la faringitis… pero no puedo), resulta que tantos y tantos posts sobre armonía sindical y el amor entre las clases laborales han quedado en agua de acelgas.

Cierto es que históricamente, nuestro abnegado personal de oficinas siempre ha sabido escaquearse de las protestas generales con trucos de preescolar, bien pillando vacaciones, bien alterando el horario de trabajo para no pillar piquetes, etc… Pero hay unas muy honrosas excepciones que se merecían haber recibido información como Rajoy manda. Se lo debemos.

Espero que esto no vuelva a ocurrir.

domingo, 11 de noviembre de 2012

El efecto Streisand y el 14N

Una de las cosas que más me han sorprendido acerca de la huelga que nos viene, es la total ausencia de conocimiento sobre la misma. Otras veces las huelgas han sido bastante mencionadas y comentadas en los medios, pero en esta ocasión, es como si no existieran. De hecho, compañeros míos me preguntaban si la convocatoria era oficial y tenía que responder “creo que sí”, cuando en otras ocasiones los telediarios se abrían con la imagen de los líderes de los sindicatos mayoritarios entregando la convocatoria en el ministerio. Vamos, que no sabía si esto iba en serio hasta que no le pregunté a otro compañero delegado sindical y me dijo que sí, que hasta ya se habían puesto carteles en los tablones de anuncios.

Y pensaba que igual era yo el que no se dio por enterado hasta que he leído en otros sitios lo mismo que me preguntaba. ¿Por qué este pacto de silencio en bastantes medios generalistas? Imagino que se han dado cuenta que es mejor no hacer publicidad y dar la callada por respuesta. Que cuando en los días previos al evento se dedicaban a dar caza al sindicalista, eso generaba un efecto Streisand de libro, que han aprendido a controlar.

Espero que a estas alturas del libro, los que no sepan lo que nos jugamos este miércoles sean los menos. Pero me ha sorprendido ver este movimiento prudente y a la par sensato para sus objetivos (oye, hay que reconocerlo). Habrá que tener cuidado con lo próximo que hagan…

sábado, 10 de noviembre de 2012

... y otra más

El miércoles que viene hay una nueva convocatoria de huelga general en todo el país. Otra. La segunda en lo que llevamos de año. Otra nueva jornada de protesta en la que gente realmente preocupada saldrá a las calles a dejar claro que no está de acuerdo con lo que está sucediendo, y a las que se le hará el mismo caso que antes. ¿Y para qué?

Y para qué. Esa es la frase que más veces he escuchado en los días pasados al respecto de este nuevo paro general. ¿Para qué, si no va a cambiar nada? ¿Para qué, si no nos hacen caso? ¿Para qué, si me van a descontar sueldo?... Total, para qué…

No voy a ponerme épico y lanzar arengas acerca del porqué hay que tomar las calles y protestar. Ya somos mayorcitos y cualquiera puede fingir que se cree la excusa que le apetezca. Si no quieres hacer huelga, no la hagas, pero no nos tomes por tontos. En la anterior convocatoria, el amigo Lobreeze hizo una fabulosa distinción entre no poder y no querer hacer huelga. Si no quieres hacer huelga, la lectura es que estás de acuerdo con todas las decisiones políticas tomadas en los últimos 30 meses. Di lo que quieras, pero es así.

Pero sí que me estoy dando cuenta de una excusa que se repite bastante, y es la inmediatez: Si tras una acción no hay una reacción inmediata y que me beneficia directamente, ya no me interesa. Que lo haga otro, si eso, y ya me beneficiaré yo. No importa que estés apoyando a otro colectivo, no importa que hayas ayudado a dar un paso más en una larga marcha. En serio, ¿no os parece que precisamente ahora es cuando más solidaridad y apoyo es necesario? ¿Qué habría sido de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o de Stop Desahucios sin solidaridad y perseverancia? ¿Acaso no están tomando protagonismo en la agenda política? Pues en este caso, es lo mismo.

Contraviniendo las leyes físicas del universo, puedo asegurar que estamos en esa excepcional situación en la que somos capaces de ver el futuro: ¿Veis qué pasa en Portugal? Eso es España dentro de un año. ¿Veis cómo está Grecia? Eso es España dentro de dos. Mola ¿eh?

Haciendo huelga no se va a solucionar todo. Pero la forma segura de no solucionar nada es no protestando. Eso sí, luego si hacen nuevas reformas que nos hundan más todavía, no me vengáis con la queja del “¿es que nadie va a hacer nada?”. Quien puede hacer algo eres tú. Hazlo y ayuda, o no molestes.

Sigue siendo vuestra decisión.