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lunes, 12 de mayo de 2014

Lo repetible

Hola, joven miembro del censo electoral. ¿Tienes más de 18 años, cierta independencia en tu movilidad, y aunque sea domingo a veces te levantas antes de que se ponga el sol? Pues entonces permíteme que te comente un tema que va a darse dentro de poco y que tal vez te pudiera interesar. ¿Sabes que en menos de un mes tenemos elecciones?

No me mires así, es la verdad. Elecciones al Parlamento Europeo, que dicho así suena muy triste, vale, pero que realmente tiene cierta importancia intrínseca y tal vez infravalorada.

Efectivamente, ha pasado el tiempo y otra vez se nos insta a elegir democráticamente a los miembros del anteriormente citado Parlamento Europeo, donde políticos de diversa condición e interés se reúnen para dirigir esta más o menos Unión Europea en la que además manda Alemania. Un Parlamento para Gobernarlos a Todos, que diría aquel. No obstante, ante la impresionante oferta política que tenemos disponible en esta nuestra piel de Bos Taurus, es muy posible que tras reflexión profunda y meditación acerca del futuro, usted haya decidido decantarse por la opción cívica presuntamente más arraigada entre el censo electoral: La Abstención

(No, esta abstención no, la otra)

Llegado el caso, permítame insistir de nuevo en que eso de la abstención viene muy bien con lo de “todos son iguales”, el pretender que lo de Europa no nos afecta y que además a esa hora estoy con el vermú/la playa/tirao en casa/lo que sea pero es que no me apetece. Bien, podría ser un argumento válido, pero ahora mismo haga un ejercicio de retrospección e intente recordar cuantas veces ha visto/leído en las noticias (suponiendo que usted cometa esas locuras) un titular parecido a “La Comisión Europea insta a España a que…”. Y tras los puntos suspensivos una recomendación que cada vez que la lea note un pinchazo en su bolsillo. Bien, es fácil decirlo, pero resulta que esa Comisión Europea es un grupo de personas cuya composición depende de… tachaaaaan… los resultados de estas elecciones.

Y ahora medite usted qué color político mayoritario prefiere para ese parlamento. Porque lo que se vote en Espagna es un grano de arena que se sumará al resto de Europa. Y en Europa también votan los simpatizantes de LePen, la ultraderecha italiana, los radicales del norte, y también (dramatic chipmunk score) LOS ALEMANES

Y ahora tenga en consideración lo bien que le viene a según qué fuerzas políticas de esas de las de siempre, que usted prefiera no votar a escoger una formación que, aun pudiendo no estar de acuerdo al 100% con ella, sí que tiene unos valores bastante más cercanos a los suyos que los que ejerce el PPSOE (no lo que dice, sino lo que hace). Ya que solemos tener poca memoria, se dice que ambas políticas bipartidistas coinciden en un 70%. Y que hacen lo que Europa y su Banco Central dicen (siempre que no beneficie al populacho, claro, en ese caso exigen respetar su soberanía propia). Y si ellos han de elegir entre que se vote a otra opción, o no votar en absoluto para que no cuente, ¿qué cree que preferirán ellos? Pista: por cada abstención efectiva o voto nulo ellos aumentan su porcentaje total de votos.

Así que reconsideremos lo que se vaya a hacer ese domingo de mayo, y admitamos que esa caña, ese paseo, o esa resaca, pueden coexistir antes, durante, o después de acercarse a su colegio electoral de confianza (y empadronamiento)

Porque al final lo único cierto es esto: aunque usted decida abstenerse, ellos sí votan. Por usted.

(Vintage Design by el Tito Rinze)