Quarantine
Suena la alarma. Me despierto. Abro los ojos y no tengo rastro de cansancio en mi interior. Me encuentro bien conmigo mismo. Pienso que hoy puede ser otro gran día.
Me incorporo ligeramente. Mi dama está a mi lado, acurrucada, de espaldas. Respira con la rutinaria cadencia que da el sueño. La miro y una oleada de energía adolescente recorre mi cuerpo cono un chispazo. Sí, me apetecería ponerme especialmente cariñoso... Miro la hora. El cariño tendrá que esperar si quiero llegar a tiempo al curro.
Me levanto de un salto. Recorro el trecho hasta el cuarto de baño con pasos acompasados con varios temas de Queen que me vienen sin orden a la cabeza. Al abrir la puerta termino el movimiento con un giro que me deja en una pose absolutamente Elvis. El día será perfecto porque yo lo haré perfecto.
Me lavo la cara y desaparecen del rostro el sueño y las legañas. Levanto la vista paraaaaAAAAAARGHHH!!!! ¿Quién es ese anciano obeso que me mira desde el otro lado del espejo? ¿¿¿Cómo ha llegado ahí???
Ohh... oh, cielos... no puede ser.... ¿tanto...? ... ¿tanto tiempo ha pasado ya?... si me sigo sintiendo como si tuviera quince años... ¿cómo es posible?....